Bueno, ya estamos aquí con la penúltima entrega (siempre hay una última foto que añadir). Ya hemos revisado el parquet (ahora brilla ;D) y mañana nos tocará acabar de limpiar la cocina (no os cuento como estaba pero hay sitios donde la grasa hay que quitarla con espátula antes de limpiar con el estropajo).
El último día en Johannesburg ha sido un poco más de lo mismo. Nada estaba listo pero poco a poco vamos consiguiendo que lo hagan. Esta mañana me he conectado y todavía faltaba algún fleco. El lunes lo tendremos todo disponible. Lo mejor es que el resto de sistemas son iguales, por lo que hecho el primero, hechos todos... espero ;)
Comida con el Project Manager en una pizzería y por fin puedo hacer la foto al cartel de seguridad. La pena es que es de ADT y no de Piranha, que molaba más.
De aquí al site y del site al aeropuerto. Comienza mi periplo. Gracias a Elena, Javi y Everton por aguantar la hora y media de atascos para llegar al aeropuerto (joder, 25 minutos sin problema). Porque los de Sudáfrica dicen que están listos para el mundial y es cierto, pero tienen todas las carreteras en obras, añadiendo carriles o salidas, y se montan unos atascos de pelotas.
Aeropuerto, paso 1. Llego al aeropuerto y saco la tarjeta de embarque. "Por favor, asiento de pasillo". Ni de coña, ni pasillo ni ventanilla ni nada. el 41E y gracias que no vas colgado del tren de aterrizaje. Ahí se empezó a labrar un viaje desagradable. Paso los controles de seguridad, el escáner (bolsita de plástico con líquidos entre los dientes mientras sacas el portátil y te quitas los zapatos y tiras de la maleta) y busco una tienda de duty free, Big 5, para comprar una botella de
Amarula. Entregada en una bolsa de plástico transparente y sellada con el ticket dentro para no abrir hasta el destino. Legalidad absoluta aunque el tema de los líquidos en los vuelos sea solo una trola más de los gobiernos (empezando por el del HP de Bush) para que la gente tenga miedo. Cuanto más miedo tenemos, más fáciles somos de "gobernar" o "dirigir" o manipular.
Al avión!! Asiento 41E. Al menos a mi izquierda me toca alguien amable. A mi derecha, vacío por ahora y el 4 de la fila, una persona "normal". Siento los calificativos pero la historia los requiere. El avión a punto de salir de la terminal y llegan una pareja de jubilados suizos, en torno a los 70 años y cascarrabias. Al menos ella. Protestando, poniendo verde a todo el mundo... bueno, ya os imagináis. Empieza el circo. Que si ella no se puede sentar en medio de la fila (señora, mide usted 1,50), que si es una vergüenza que si marido y ella no estén juntos (hubiese hecho el check-in antes)... y más y más... para no poder hablar (sorda y ronca) no paraba la tía. El 4 de la fila se ofrece a cambiarse con el marido (pasillo por pasillo) yo creo que para salir de una vez. Se cambian y la señora me toca al lado. Joooder!!! Menudos codazos, no se está quieta y encima tiene la desfachatez de decirle al marido que soy un maleducado porque llevo los codos abiertos. Señora!! Esto es clase turista, no hay más sitio. Si pego los codos más al cuerpo me los tengo que meter pa'dentro!!
Despegamos e intento dormir. Difícil. Yo no suelo dormir en los vuelos y el asiento es estrecho e incomodo (turista, lo he dicho?). Pero lo peor es mi vecina. Ronca, vaya si ronca!!! Y el audífono lo tiene ajustado para una discoteca, porque el marido le tiene que dar unas voces de cuidado para hablar con ella!!!
Llegamos a Zurich y tengo 40 minutos para hacer el transfer (ver entrada anterior). Ir en el 41E hace que salas el último... o casi. El tren no funciona y nos meten en un autobús. Nos dejan al otro lado de la terminal y a correr. Suiza, o al menos Zurich, es el único aeropuerto que tiene los controles de seguridad y escáner dentro del aeropuerto, por lo que te obligan a pasarlos aunque estés en transferencia internacional. Segunda parte de la odisea. Cuando llego al control, me dice una señora BORDE de seguridad que la botella la tira. Que está prohibido importar líquidos de fuera de la EU!!!! Ni bolsa de plástico, ni precinto, ni ticket dentro ni nada... la botella a la basura. A todo esto tengo que decir que si traes la botella de Johannesburg a Zurich sin transferencia, te quedas la botella sin problema. O a Madrid, sea el caso. Bueno, pues botella de Amarula a la mierda. Me quedaban 5 minutos para llegar a la puerta de embarque, si no, "monto el pollo".
Puerta de embarque, me fumo un cigarro (hay una sala de fumadores justo en frente) y hay una argentina que está peor que yo. Ella además perdió su billete de tren (ademas de la botella de licor que la tiraron). Segundo vuelo pasa normal. Desayuno cutre, pero al menos me dan un café.
Llegada a Madrid, necesito dinero para el taxi y me tengo que ir hasta la T2 para encontrar un cajero que funcione. Taxi a casa y fin, por ahora. :)