... o al menos es lo que piensa la mayoría de los conductores en los centros comerciales. Si no fueran embutidos en la coraza que les proporciona el coche, ya veríamos si se atreverían a hacer muchas de las cosas que hacen... Dios, lo que habría dado ayer por un bate de béisbol y 10 minutos de "Un día de Furia"...
Ayer fuimos a uno, entre compras (nada de navideñas, este año con el nene el espíritu es más navideño que de costumbre... familia y amigos juntos) y compras se nos fue el día. También era la primera experiencia del pichurro en un centro comercial... creo que los odia ya tanto como sus padres ;D
Pues nada, vamos a salir... aquí empezó la odisea y el "como pasarse las normas de circulación por el forro".
Intentamos salir de la plaza de aparcamiento hacia la izquierda, ya que hay unas flechas pintadas en el suelo del tamaño de un camión en esa dirección y esa señal azul con una flecha blanca también apuntaba en la misma dirección. Pues no!! El señor del coche de al lado decide salir en dirección prohibida y nos bloquea la salida... no te molestes en protestar o pitar porque como va embutido en su coraza, pasa de ti y de tu culo (perdón).
Cuando podemos salir (hacia la izquierda) sale otro coche y se nos pone de frente. Cuando le recriminas que va en dirección prohibida te contesta "Es que esa mujer quiere ir para allá y ¿que hago? ¿No puedes salir tu para allá?" Te podría contestar pero... ¿para qué?
Pues nada, te apartas y cuando vas a intentar salir, por tercera vez, te viene otro coche... le dices que va en dirección prohibida y ni te mira, ni te contesta y casi se lleva tu espejo retrovisor... y detrás viene otra, que decide que pasa ella y solo ella y que al resto le den morcillas... con esta ya no te aguantas mas y le dices "Coño!! que vas en dirección prohibida, que la salida es en la otra dirección y que no me dejas pasar a mi, que soy yo el que tiene el derecho a pasar!!" Pues no, te mira con cara de retrasada mental (o quizás era su cara natural?), te contesta que "a ella, plin!" y hace el amago de apartarse, únicamente para poder avanzar ella.
Al final, conseguimos enfilar nuestra dirección (la que indican todas las flechas) y decidimos que el siguiente que nos enfrente va a tener que dar marcha atrás o volar por encima (efectivamente, te sale la vena cabrona). A todo esto, nos ha llevado más de 20 minutos salir del centro comercial y 19 minutos en recorrer 150 metros!
No quiero ni hablar del interior del centro comercial. Tu vas con tu carro de bebé y la gente pretende que te apartes tú ya que ellos (que van mirando a las musarañas) no pretenden apartarse... (bueno, esto requiere otra entrada)
Y pensar que a mi hermano le suspendieron el práctico del carné de conducir porque para poder salir de un parking de un centro comercial en obras se tuvo que meter por la única calle disponible... en dirección prohibida.... Menudo hipócrita el examinador!!!
PS, por si cabe alguna duda no me gusta conducir (ni tengo carné), no me gustan los coches y me repatea el efecto de transformación Jekyll/Hyde que causa el coche en la mayoría de los conductores (creo que se nota en entradas anteriores de este blog)