jueves, 10 de noviembre de 2016

Las palabras más duras que puedes oir


Bajo mi punto de vista, no hay palabras más duras, más difíciles de encajar, que "no hay solución". La sensación de vacío, de impotencia, de desesperanza, que llena todo tu ser con una fuerza tan abrumadora que no puedes ni resistirte. Simplemente te llena, te inunda, como un tsunami. Esas palabras ni siquiera marcan un fin. La vida sigue inexorablemente y, simplemente, tienes que incorporar esa suerte de información en tu vida. Así de simple. Como si pudiera ser simple.

Suena "In my darkest hour" de Megadeth



Por otro lado, ni en cien vidas te puedes preparar para esas palabras. Creo que habrá pocos mejor preparados que nosotros para oirlas y, aún así, nos arrasan, como el tsunami que acabo de comentar. Seguramente otros dirán que este tiempo de preparación ha sido un regalo, una suerte de antesala de asumición, un tiempo donde hemos podido observar, trocear, engullir, asumir, tragar todo lo que ahora se nos viene encima. Y una mierda! Saber que vendría no es la panacea. No tienes opción. Tu cerebro encuentra formas inverosímiles (salvo para los neurocientíficos) para protegerse de estas situaciones. Y si lo has hecho, eres frío. En situaciones de shock, reaccionar así es considerado aceptable, "lo tiene que asumir", "es su forma de llevarlo", "está en estado de shock". Cuando lo has interiorizado, en esas cien vidas de preparación, y reaccionas en consecuencia no se percibe igual.

Quizás es que yo soy así, quizás otros esperaban otra versión de mi que no soy.