Los reyes de este año han sido generosos, acordados, una sorpresa y nos han deparado un nuevo cambio.
En la parte generosa incluyo un reloj...
... unas gafas de sol, un libro, una caja de vinos con utensilios (hasta un termómetro)... bueno, han sido generosos (ya lo dije). Eso sí, bastante dirigidos por mi parte y de forma poco sutil. Esto de escribir la carta y hacerla pública ayuda enormemente. La sorpresa fue la caja de vinos y alguna otra cosilla (no lo voy a contar aquí, claro está).
El cambio ha sido fuerte. Los reyes han traído la confirmación de un hecho, mi hermano se iba a Panamá a llevar la dirección facultativa de la obra de construcción del metro de Panamá. Si, es un proyecto muy interesante, es un reto, no está tan bien pagado como le gustaría pero la mejora ha sido sustancial y va a ser la confirmación de un futuro muy brillante, ése que nosotros veíamos desde hace mucho tiempo. Pero qué quieres que te diga. Es una putada. Le vamos a echar de menos (de hecho, ya le echamos de menos) que está muy lejos, coño! Y no son 4 días, casi serán 4 años.
Eso sí, si alguien puede sacar la construcción del metro de Panamá adelante, ese es mi hermano. Y si no, pregunten a la Fábrica de Heineken, el urbanismo de La Expo de Zaragoza, la torre de Telefónica en la Diagonal de Barcelona o Puerto Triana. Ahí es na´!!