domingo, 2 de diciembre de 2012

Belén Esteban... o el Show de Truman consentido


Que conste para empezar que no he visto a Belén más de unos minutos en un zapping pero esos 2 minutos (que se me hicieron horas) solo vi una mujer lloriqueando, sorbiendo y balbuceando palabras, la mitad incomprensibles.

Iba a decir que me parece mentira que paguemos (porque pagamos) por ver este tipo de shows en televisión, zafio, de mal gusto, de un bajerismo infinito... pero entonces me acordé de una buena película: "El Show de Truman". El mismo modus operandi, en función de la audiencia, matamos, resucitamos, juntamos y separamos en función de un numerito (que se lo pregunten a Jorge Javier Vázquez), para asegurar que el numerito sigue alto, sigue dando beneficios.

Claro que, salvando las distancias (el buen gusto es una de ellas), hay sutiles diferencias. Por ejemplo, Truman no sabe la verdad, para darle realismo al show; aquí nos importa un bledo el realismo, todos beben del juego. Truman no se prostituye (aunque, quizás, es por cuestión de guión y audiencias... quién sabe si no le habrían obligado a ello por el numerito), aquí no escatimamos en morbo y prostitución (en el amplio sentido de la palabra, no nos vayamos a limitar), no dudamos en airear los trapos más sucios, las vergüenzas más íntimas, los secretos más inconfesables.

La única duda que me queda es si llegaremos aquí a planear un embarazo y parto en directo, eso si, a nuestro estilo: "Echaremos de casa al padre mientras la madre, de pasado ligado a las drogas o a la corrupción...de  otros, fuma a escondidas (pero a la vista de todas las cámaras) y se pone de parto, afectada la sanidad por una huelga de brazos caídos de los enfermeros de ambulancias, otra huelga de taxistas, ficharemos a un paisano con su coche (Q7 o similar, estilo ante todo) para el traslado, tendremos 2 peleas y 3 reconciliaciones en el trayecto (el padre fue expulsado de la casa pero esperaba en la puerta, concediendo entrevistas), pasando por algún espacio publicitario (no hace falta encubrirlos como en dicho film, aquí son bienvenidos), y aprovechando el envite para otra cirugía plástica fallida (siempre hay que preparar trama para el siguiente capítulo).

Por cierto, es Belén Esteban consciente de que su vida es un mero show, dirigido por un guión escrito por otros, donde su siguiente paso viene marcado por la audiencia (con cierto margen, por supuesto... queda muy bien salirse del guión y liarla aún más parda ;D) y donde, el día que deje de hacer gracia, acabará engrosando el baúl de los personajes olvidados?