Esta noche, mientras escuchaba esta canción, he pensado... si! estamos de vacaciones!!
lunes, 29 de julio de 2013
Estamos de vacaciones
Esta noche, mientras escuchaba esta canción, he pensado... si! estamos de vacaciones!!
miércoles, 17 de julio de 2013
CARTA A MI FUTURO HERMANO
Querido hermano:
Sé que los segundos hijos no escribimos cartas a nuestros padres ni a nuestras madres, porque eso es misión, únicamente, de los primeros hijos (me consta que la semana pasada un bebé de siete meses de gestación, primer hijo, escribió a través de otro blog a sus padres y que tú lo hiciste también en su momento), sin embargo, sí tenemos la obligación de escribir una carta a nuestros hermanos o hermanas mayores para explicarle cómo será nuestra llegada.
El no escribir a los padres es por una cuestión práctica, de valorar el coste y el beneficio de la acción. Papá y mamá ya saben cómo es eso de dar a luz a un bebé y cuidarlo, porque todo ello lo hicieron contigo. A mí me cuesta horrores escribir unas líneas, porque aquí dentro hay poca luz, la tinta se corre y mi psicomotricidad no me da para hacer los trazos con demasiada soltura, así que por eso la naturaleza nos exime a los segundos hijo de escribir a los padres, pero nos obliga (moralmente, ya sabes) a escribir a nuestros hermanos, y es lo que hoy voy a hacer yo.
Lo primero que quiero decirte es que me alegro de que respondieras “sí” cuando papá y mamá te preguntaron si querías tener un hermanito o una hermanita. Es una pregunta que a mí me parece un poco peliaguda, porque uno siempre suele esperar ilusión, sonrisas y un gran sí de su hijo pero, ¿y si dice que no? ¿Y si responde que no quiere tener un hermano? La decisión de unos padres no debería depender de la respuesta de su hijo, pero precisamente por eso, si un niño dice no y luego los padres tienen igualmente otro bebé… ¿Para qué preguntar?
En fin, que en tu caso no hubo problema, porque dijiste que sí, pero a veces los niños responden mirando a la cara de los padres y, si estos casi sonríen y hacen “sí” con la cabeza, los niños simplemente acaban por decir lo que los padres quieren oír.
Bueno, aparcando este tema, sólo quiero explicarte que dentro de un par de meses mamá empezará a quejarse de que le va doliendo la barriga y te explicará que “ya vengo”, o sea, que ese día naceré. Mamá y papá, seguramente, se irán al hospital para que yo nazca ahí, como también lo hiciste tú (algunos padres no lo hacen así, sino que lo hacen en casa). El caso es que ese día te quedarás con los abuelos, hasta que mamá y papá llamen para decir que podéis venir a conocerme.
Entonces iréis al hospital, entraréis a la habitación y allí verás a papá con cara de cansado, pero con una sonrisa enorme, que te cogerá en brazos y te dará unos cuantos besos a la vez que te explicará que ya estoy aquí, con mamá. Me encontrarás con ella, más cansada aún, quizás dormido o quizás cogido a su pecho y papá te acercará para que me veas.
Te aviso ahora, aunque probablemente la pequeña decepción te la lleves igual: seré pequeño, muy pequeño. A ti lo de tener un hermanito te hacía gracia por eso de poder jugar con otro niño como tú, poder correr a su lado y compartir momentos, pero de repente te darás cuenta de que el hermanito es incapaz de hacer todo eso. Dame tiempo, creceré como tú lo has hecho y compartiremos juegos, alegrías y penas (y en los primeros años las penas serán unas cuantas, porque nos costará ponernos de acuerdo en muchas cosas).
Podrás acariciarme, pero te dirán que con cuidado, porque “soy muy pequeñín”. También te convertirás pronto en un buen ayudante para mamá y papá, ya que harán lo posible para integrarte en ese nuevo trío mamá-papá-hermanito que se acabará de crear, desconocido para ti, pero no necesariamente negativo, aunque sí bastante necesario. Es una relación que se creó también contigo, cuando eras pequeño y que yo necesitaré, porque, como verás, demandaré mucho la presencia de papá o mamá y, sobretodo, la de mamá.
Esto hará, seguramente, que papá pase más tiempo contigo. No sé cómo es en todas las casas, pero yo creo que en general eso es una buena noticia, porque papá siempre inventa juegos extraños (ya sabes, de los que hacen a las madres enfadarse), porque hace unas payasadas impresionantes y porque con papá se puede volar. Pero bueno… todo esto ya lo sabes tú, tampoco hace falta que yo te lo explique.
Cuando yo duerma mamá también te abrazará, te dará besos y hablará mucho contigo. Todo ello sucederá para que veas que, aún estando yo, ellos siguen queriéndote igual, del mismo modo, y que siguen pensando en ti.
Habrá momentos en los que quieras a mamá y no pueda ser… habrá momentos en los que quieras jugar haciendo ruido y no pueda ser… habrá momentos en los que quieras a papá y no pueda ser, pero habrá momentos en que todo ello pueda ser y eso te ayude a ver que, aunque muchas cosas han cambiado, no todo está perdido.
Puede que en algunos momentos cueste, puede que no lo lleves muy bien. Lo entiendo, y lo siento, por la parte que me toca, pero tranquilo, que papá y mamá lo entenderán también. Habrá momentos en que te quejes, en que llores, en que te comportes como hacía tiempo que no lo hacías y es lógico, porque será la manera de hacer ver a papá y mamá que tú también les necesitas todavía y mucho. No quiero con esto decirte que tengas que hacerlo siempre, pero sí cuando sientas que lo necesitas, sí cuando no sepas cómo explicarles que tú también quieres que te hagan caso, sí cuando quieras saber hasta qué punto ellos te siguen queriendo “mucho, muchísimo”.
Digo que puedes hacerlo, cuando creas que haga falta, porque por suerte papá y mamá no son de los que se dejan llevar por las típicas frases de “no le hagas caso y así dejará de hacerlo”, que por desgracia oirás unas cuantas veces. Ellos te mirarán con preocupación y enseguida se darán cuenta de que les quieres decir algo, de que estás llamando la atención, no como algo negativo, sino simplemente de que estás haciendo una llamada para quien la quiera recibir de que “empiezo a necesitar” un poco de contención, algún que otro abrazo, signos de que sigo aquí y de que sabéis que sigo aquí. Tranquilo, ellos entenderán tu llamada y te ayudarán a hacerte sentir de nuevo querido, amado, importante, uno más…
Te comento esto porque saldremos todos a la calle, tarde o temprano, y todo el mundo querrá conocerme, dará la enhorabuena a papá y mamá, te preguntará si te gusto y cosas así y finalmente le preguntarán a papá y mamá que cómo lo llevas. Dirán cosas como “príncipe destronado”, “celoso”, “¿Y cómo lo lleva?” y quizás hasta te miren con cara de pena. No hagas mucho caso, primero, porque la gente tiene la poca educación de hablar de ti delante tuyo como si no estuvieras y, segundo, porque papá y mamá, como sabes, harán lo posible y lo imposible para que sigas viendo que el amor que sienten por ti no habrá cambiado ni un ápice con mi llegada. A veces lo conseguirán y otras no tanto, pero estoy tranquilo porque sé que harás lo que hemos dicho: “cuando no te sientas bien, hazlo saber… ellos te entenderán”.
Por cierto, ya que hablamos de la gente de la calle, decirte que puedes estar tranquilo por mi seguridad. No me iré con nadie que no seáis papá, mamá o tú. La gente preguntará si puede cogerme y llevarme a sus casas consigo, como preguntándote si tú me entregas en su posesión. Tranquilo que eso no sucederá. Sólo intentan… solo quieren… bueno, no sé cómo explicar bien la intención… supongo que lo que quieren es que muestres tu enfado, tu ira ante la amenaza de secuestro, porque eso significará que me quieres mucho y les complacerá. Es una pena, pero mucha gente lo sigue haciendo. Como te he avisado, si quieres diles que “sí”, que “por mí llévatelo a tu casa”, así la broma la gastarás tú (aunque explica a mamá y papá lo que piensas realmente, no vayan a asustarse).
Bueno hermano, creo que no me dejo nada importante. Al principio puede ser un poco problemático porque, como he dicho, necesitaré mucho tiempo a mamá y papá porque apenas sabré hacer nada. Poco a poco irás viendo que aprendo rápido y que mamá y papá pueden compartir más tiempo contigo y, con más tiempo, verás que seré yo el que pase más tiempo contigo, aunque no sé si eso será una buena o mala noticia para ti, porque querré tocar tus cosas. Si eso sucede y te molesta tendrás que decírselo a mamá o a papá. Puedes estar tranquilo, porque ya sabes que nuestros padres no son de esos que dicen “tu hermano es pequeño, tienes que dejarle tus cosas”. Te explicarán por qué me gustan tanto tus cosas y te pedirán ayuda para encontrar algo que yo pueda tocar y no suponga un problema o buscarán alguno de mis juguetes para distraerme y que no toque los tuyos.
Sabiendo todo esto creo que ya llevas bastante ganado con respecto a los hermanos que no reciben carta. Que sepas que aunque alguna vez nos enfademos y nos peguemos, que casi seguro pasará, te quiero un montón, tanto, que me fijaré muchísimo en ti para aprender a vivir. Te seguiré allá donde vayas, te acompañaré en los juegos aún cuando no lo esperes y te imitaré en muchas cosas, como formando equipo, incluso en las cosas que molestan a mamá y papá. Será nuestra relación especial, nuestro punto de encuentro, serán esas cosas en común que sólo tú y yo entenderemos, porque sólo tú y yo seremos hermanos, los demás estarán con nosotros, pero serán otra cosa, nunca hermanos.
Sé que los segundos hijos no escribimos cartas a nuestros padres ni a nuestras madres, porque eso es misión, únicamente, de los primeros hijos (me consta que la semana pasada un bebé de siete meses de gestación, primer hijo, escribió a través de otro blog a sus padres y que tú lo hiciste también en su momento), sin embargo, sí tenemos la obligación de escribir una carta a nuestros hermanos o hermanas mayores para explicarle cómo será nuestra llegada.
El no escribir a los padres es por una cuestión práctica, de valorar el coste y el beneficio de la acción. Papá y mamá ya saben cómo es eso de dar a luz a un bebé y cuidarlo, porque todo ello lo hicieron contigo. A mí me cuesta horrores escribir unas líneas, porque aquí dentro hay poca luz, la tinta se corre y mi psicomotricidad no me da para hacer los trazos con demasiada soltura, así que por eso la naturaleza nos exime a los segundos hijo de escribir a los padres, pero nos obliga (moralmente, ya sabes) a escribir a nuestros hermanos, y es lo que hoy voy a hacer yo.
Lo primero que quiero decirte es que me alegro de que respondieras “sí” cuando papá y mamá te preguntaron si querías tener un hermanito o una hermanita. Es una pregunta que a mí me parece un poco peliaguda, porque uno siempre suele esperar ilusión, sonrisas y un gran sí de su hijo pero, ¿y si dice que no? ¿Y si responde que no quiere tener un hermano? La decisión de unos padres no debería depender de la respuesta de su hijo, pero precisamente por eso, si un niño dice no y luego los padres tienen igualmente otro bebé… ¿Para qué preguntar?
En fin, que en tu caso no hubo problema, porque dijiste que sí, pero a veces los niños responden mirando a la cara de los padres y, si estos casi sonríen y hacen “sí” con la cabeza, los niños simplemente acaban por decir lo que los padres quieren oír.
Bueno, aparcando este tema, sólo quiero explicarte que dentro de un par de meses mamá empezará a quejarse de que le va doliendo la barriga y te explicará que “ya vengo”, o sea, que ese día naceré. Mamá y papá, seguramente, se irán al hospital para que yo nazca ahí, como también lo hiciste tú (algunos padres no lo hacen así, sino que lo hacen en casa). El caso es que ese día te quedarás con los abuelos, hasta que mamá y papá llamen para decir que podéis venir a conocerme.
Entonces iréis al hospital, entraréis a la habitación y allí verás a papá con cara de cansado, pero con una sonrisa enorme, que te cogerá en brazos y te dará unos cuantos besos a la vez que te explicará que ya estoy aquí, con mamá. Me encontrarás con ella, más cansada aún, quizás dormido o quizás cogido a su pecho y papá te acercará para que me veas.
Te aviso ahora, aunque probablemente la pequeña decepción te la lleves igual: seré pequeño, muy pequeño. A ti lo de tener un hermanito te hacía gracia por eso de poder jugar con otro niño como tú, poder correr a su lado y compartir momentos, pero de repente te darás cuenta de que el hermanito es incapaz de hacer todo eso. Dame tiempo, creceré como tú lo has hecho y compartiremos juegos, alegrías y penas (y en los primeros años las penas serán unas cuantas, porque nos costará ponernos de acuerdo en muchas cosas).
Podrás acariciarme, pero te dirán que con cuidado, porque “soy muy pequeñín”. También te convertirás pronto en un buen ayudante para mamá y papá, ya que harán lo posible para integrarte en ese nuevo trío mamá-papá-hermanito que se acabará de crear, desconocido para ti, pero no necesariamente negativo, aunque sí bastante necesario. Es una relación que se creó también contigo, cuando eras pequeño y que yo necesitaré, porque, como verás, demandaré mucho la presencia de papá o mamá y, sobretodo, la de mamá.
Esto hará, seguramente, que papá pase más tiempo contigo. No sé cómo es en todas las casas, pero yo creo que en general eso es una buena noticia, porque papá siempre inventa juegos extraños (ya sabes, de los que hacen a las madres enfadarse), porque hace unas payasadas impresionantes y porque con papá se puede volar. Pero bueno… todo esto ya lo sabes tú, tampoco hace falta que yo te lo explique.
Cuando yo duerma mamá también te abrazará, te dará besos y hablará mucho contigo. Todo ello sucederá para que veas que, aún estando yo, ellos siguen queriéndote igual, del mismo modo, y que siguen pensando en ti.
Habrá momentos en los que quieras a mamá y no pueda ser… habrá momentos en los que quieras jugar haciendo ruido y no pueda ser… habrá momentos en los que quieras a papá y no pueda ser, pero habrá momentos en que todo ello pueda ser y eso te ayude a ver que, aunque muchas cosas han cambiado, no todo está perdido.
Puede que en algunos momentos cueste, puede que no lo lleves muy bien. Lo entiendo, y lo siento, por la parte que me toca, pero tranquilo, que papá y mamá lo entenderán también. Habrá momentos en que te quejes, en que llores, en que te comportes como hacía tiempo que no lo hacías y es lógico, porque será la manera de hacer ver a papá y mamá que tú también les necesitas todavía y mucho. No quiero con esto decirte que tengas que hacerlo siempre, pero sí cuando sientas que lo necesitas, sí cuando no sepas cómo explicarles que tú también quieres que te hagan caso, sí cuando quieras saber hasta qué punto ellos te siguen queriendo “mucho, muchísimo”.
Digo que puedes hacerlo, cuando creas que haga falta, porque por suerte papá y mamá no son de los que se dejan llevar por las típicas frases de “no le hagas caso y así dejará de hacerlo”, que por desgracia oirás unas cuantas veces. Ellos te mirarán con preocupación y enseguida se darán cuenta de que les quieres decir algo, de que estás llamando la atención, no como algo negativo, sino simplemente de que estás haciendo una llamada para quien la quiera recibir de que “empiezo a necesitar” un poco de contención, algún que otro abrazo, signos de que sigo aquí y de que sabéis que sigo aquí. Tranquilo, ellos entenderán tu llamada y te ayudarán a hacerte sentir de nuevo querido, amado, importante, uno más…
Te comento esto porque saldremos todos a la calle, tarde o temprano, y todo el mundo querrá conocerme, dará la enhorabuena a papá y mamá, te preguntará si te gusto y cosas así y finalmente le preguntarán a papá y mamá que cómo lo llevas. Dirán cosas como “príncipe destronado”, “celoso”, “¿Y cómo lo lleva?” y quizás hasta te miren con cara de pena. No hagas mucho caso, primero, porque la gente tiene la poca educación de hablar de ti delante tuyo como si no estuvieras y, segundo, porque papá y mamá, como sabes, harán lo posible y lo imposible para que sigas viendo que el amor que sienten por ti no habrá cambiado ni un ápice con mi llegada. A veces lo conseguirán y otras no tanto, pero estoy tranquilo porque sé que harás lo que hemos dicho: “cuando no te sientas bien, hazlo saber… ellos te entenderán”.
Por cierto, ya que hablamos de la gente de la calle, decirte que puedes estar tranquilo por mi seguridad. No me iré con nadie que no seáis papá, mamá o tú. La gente preguntará si puede cogerme y llevarme a sus casas consigo, como preguntándote si tú me entregas en su posesión. Tranquilo que eso no sucederá. Sólo intentan… solo quieren… bueno, no sé cómo explicar bien la intención… supongo que lo que quieren es que muestres tu enfado, tu ira ante la amenaza de secuestro, porque eso significará que me quieres mucho y les complacerá. Es una pena, pero mucha gente lo sigue haciendo. Como te he avisado, si quieres diles que “sí”, que “por mí llévatelo a tu casa”, así la broma la gastarás tú (aunque explica a mamá y papá lo que piensas realmente, no vayan a asustarse).
Bueno hermano, creo que no me dejo nada importante. Al principio puede ser un poco problemático porque, como he dicho, necesitaré mucho tiempo a mamá y papá porque apenas sabré hacer nada. Poco a poco irás viendo que aprendo rápido y que mamá y papá pueden compartir más tiempo contigo y, con más tiempo, verás que seré yo el que pase más tiempo contigo, aunque no sé si eso será una buena o mala noticia para ti, porque querré tocar tus cosas. Si eso sucede y te molesta tendrás que decírselo a mamá o a papá. Puedes estar tranquilo, porque ya sabes que nuestros padres no son de esos que dicen “tu hermano es pequeño, tienes que dejarle tus cosas”. Te explicarán por qué me gustan tanto tus cosas y te pedirán ayuda para encontrar algo que yo pueda tocar y no suponga un problema o buscarán alguno de mis juguetes para distraerme y que no toque los tuyos.
Sabiendo todo esto creo que ya llevas bastante ganado con respecto a los hermanos que no reciben carta. Que sepas que aunque alguna vez nos enfademos y nos peguemos, que casi seguro pasará, te quiero un montón, tanto, que me fijaré muchísimo en ti para aprender a vivir. Te seguiré allá donde vayas, te acompañaré en los juegos aún cuando no lo esperes y te imitaré en muchas cosas, como formando equipo, incluso en las cosas que molestan a mamá y papá. Será nuestra relación especial, nuestro punto de encuentro, serán esas cosas en común que sólo tú y yo entenderemos, porque sólo tú y yo seremos hermanos, los demás estarán con nosotros, pero serán otra cosa, nunca hermanos.
viernes, 12 de julio de 2013
fireflies over the graveyard
... Qué saco de este viaje, salvo una paliza y las millas de StarAliance?
La verdad, poco o nada, pero ver luciérnagas a decenas sobrevolar el cementerio de al lado del hotel me ha parecido fascinante (o es que estoy muuuuy cansado y veo alucinaciones?) La pena es que no salen en la foto.
Cementerio cristiano de cerca del Hyatt (hay otro Metodista al lado) |
Día de intentar hacer algo de provecho, varias reuniones... no me da para hacer compras (ni ganas que me quedan).
Como anécdota contar que ayer (hoy, ya no se en qué día vivo)... bueno, el día 11 a las 14 horas EST me (nos, Nacho, François y yo) llega un correo diciendo que nos han montado una reunión alternativa y que nos quedemos a mañana (viernes 12)... la respuesta de los tres ha sido clara... NI DE COÑA!!! :D
miércoles, 10 de julio de 2013
De nuevo camino a Newark
Otra vez en ruta. Otro viaje relámpago. Ida 10/08 a las 11:35 (más bien a eso de las 12:45, con varios retrasos entre el vuelo de ida, la gente colocando los equipajes y un vuelo hasta las orejas -no tuve ni opción de coger otro asiento u otra clase y eso que hice el check-in 5 min después de que se iniciara el plazo-) y vuelta 12/08 a las 20:25 (estimadas, claro), para aterrizar en Madrid, si no hay problemas, a eso de las 10 del Sábado.
¿Tiene sentido? Bueno, estoy seguro de que habría formas más eficaces de hacer esto, pero no es menos cierto que el "cara a cara" todavía sigue siendo algo necesario. Además esta vez incluye una visita a cliente y al Jersey Shore ;)
Algunas curiosidades de este viaje:
- de nuevo he sido agraciado con un "double screening" en el aeropuerto de Madrid. Aleatorio, por supuesto. La peor parte es la molestia de tener que desmontarlo todo para volverlo a montar. Te entran ganas de montar un servicio del tipo "no se moleste en hacer la maleta, nosotros le llevamos los cacharros al aeropuerto y, tras el control de seguridad, lo montamos en orden". Claro que no te dejan entrar en la terminal, pero es un pequeño detalle y el negocio puede ser de oro :P
- como he dicho, el vuelo va hasta arriba y encontrar sitio para las maletas. Busco cerca de mi fila y veo una zona donde hay un bolso (bolsito algo pijo) y una bolsa amarilla de deporte medio vacía así que decido apilar las cosas para poder meter mi mini-equipaje (para dos días y medio, me bastaba con una bolsa pequeña, incluyendo portátil y cachivaches. En el momento que estoy colocando las otras bolsas con mucho cuidado oigo una voz desagradable (la procedencia, una cara desagradable entrada en kilos) que me grita "que tenga cuidado que la bolsa lleva vino". Nada de "por favor". Por supuesto, ellos son los dueños del mundo. Nosotros somos pobres pueblerinos paletos (nerds) que no sabemos comportarnos y tratar las cosas... claro que si. Mi respuesta ha sido "ya me he dado cuenta de que hay botellas y estoy teniendo cuidado pero necesito sitio para mi equipaje y aquí lo hay si se colocan bien las cosas". Claro que lo que ha pasado por mi mente ha sido "y que más te da, si lo vas a empinar a morro, que es como se saborea mejor el vino".
Como se puede apreciar en este punto, esta entrada tiene mucho sarcasmo ;)
- voy en un vuelo de United, un Boeing 757-200. Como curiosidad decir que el avión en si parece tener más de 20 años pero el espacio entre asientos es aceptable (quizás porque sigue el standard americano o por el cambio de sistema métrico) y el WC es amplio... pero amplio. Me puedo poner de pie y hacer ejercicios de estiramiento, no tengo que agachar la cabeza ni torcer el cuello para estar de pie.
- he devorado la mitad restante del libro "El Laboratorio de Almas" de F.R. Tallis y la verdad es que lo he devorado con ganas. Fácil lectura y trama activa y atractiva durante todo el libro. Quizás como pega es el uso de todos los estereotipos de vudú, posesiones, exorcismos y cielo/infierno. A pesar de ello, el libro está bien. Ambientado en el París de finales del siglo XIX es un gusto leer y reconocer tantos sitios donde hemos estado. Ahora viene una tarea difícil, escoger el siguiente (no por falta de oferta sino por los muchos que tengo para leer).
- ahora me acerco a Newark, espero que solo sea la hora y media normal, y que no se alargue...
Suena "Cloud Connected" de In Flames...
He aterrizado, he pasado por Customs & Border Control sin problemas y he descubierto que he hecho el viaje el balde. La reunión a la que he venido se ha cancelado mientras sobrevolaba el Atlántico. Ahora he cambiado el billete, voy a intentar sacar algo de provecho mañana (improvisaré un par de reuniones y trabajaré algo) y me vuelvo a casa. Al final me voy a meter 20 horas de vuelo para estar aquí unas 28 horas (más o menos). Que saco de este viaje, además de una paliza y de las millas de StarAlliance?
sábado, 6 de julio de 2013
Por fin se ha aplicado el primer cambio
Pues si, por fin! Tras 8 meses de idas y venidas, tras muchas peleas con los HR de aquí y de allí, tras discusiones interminables sobre cómo en las que me he sentido como un arma arrojadiza de unos y otros, por fin hoy se ha hecho efectivo el primer de los cambios.
La verdad es que no está mal la sincronización de cambios. El primero ya está hecho (ya he cambiado de unidad operacional y legal), el segundo ya está en marcha (cambio de rango tras mi nominación efectiva) y otros más que se ven en el horizonte. Espero que el horizonte este cerca y estos 8 meses no sean el anuncio de la tónica a seguir en los próximos.
Además en este último mes de jaleos varios (el retraso en la publicación -que no en la escritura- viene originado por dicho jaleo) tengo un nuevo proyecto entre manos que tiene buena pinta. Todo dentro del mismo "gran proyecto" pero este más de aplicación práctica. Otro "do or die" de los que tanto frecuento últimamente. El objetivo: "eat our own food". Pero esta vez hay que hacerlo bien. Tratar a los nuestros como tratamos a nuestros clientes es la base para triunfar (y para callar algunas bocas externas). Otro reto ("challenge" que les mola a nuestra cúpula) por delante con un pequeño grupo. Voilà!
PS, esta semana, tras el "descubrimiento" de Avenged Sevenfold, llevo dando vueltas con esta canción.
viernes, 5 de julio de 2013
Lo que cuesta darse cuenta de las cosas
Todo se puede resumir en una frase, la del subtitular de esta noticia:
"El Gobierno francés considera que es una de las bases de las desigualdades en el ámbito laboral"
Habla de las bajas por maternidad/paternidad. Copio directamente la descripción de como funciona el sistema francés (algo mejor que el nuestro, pero no mucho)
"Hasta ahora el sistema francés prevé una baja por maternidad de 14 semanas y una por paternidad de entre 11 y 18 días. Pasado este tiempo, uno de los padres puede tomarse seis meses adicionales, durante los cuales renuncia a su salario pero mantiene su plaza de trabajo y recibe una ayuda estatal de 573 euros mensuales. En el caso del segundo hijo, el periodo de excedencia puede alargarse hasta tres años."
La parte más sangrante de todo esto es que solo se actúe en una dirección, los padres. Las actuaciones más importantes deberían hacerse sobre las empresas. No debería haber ni perjuicio ni veto a este tipo de "bajas". Y sobre todo, ello sin menguar los periodos existentes actuales, ya que en ese caso no existe beneficio alguno (en España como padre te puedes tomar las semanas de baja que corresponden a tu mujer, pero eso no ayuda, eso empeora aún más la vida familiar).
Si queremos igualdad, hemos de empezar imponiendo la igualdad. Si nos obligan a tener listas electorales (cerradas, por cierto) con un cupo mínimo de mujeres, no sería igual de necesario que el impacto en la empresa del hecho de tener un hij@ sea igual seas hombre o mujer? Es decir, imponer ciertos cupos mínimos (por ejemplo, 20 semanas la mujer y 8 semanas el hombre como mínimo sobre un total de 36 semanas, el resto a repartir) sin perjuicio de bajas posteriores -manteniendo puesto de trabajo- sin salario y con ayudas estatales.
PS, Gracias a mi Chule por enviarme el artículo
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