miércoles, 9 de mayo de 2018

Veni, vidi... y me volví


Visto y no visto por Estocolmo. El jueves es fiesta en casi toda Europa, jueves de Ascensión (salvo en España que como somos un estado laico, nos cargamos las fiestas religiosas... bueno, algunas... los jueves... salvo el Jueves Santo... creo que me he perdido 😎) y hacen puente con el viernes (puente oficial en Suecia, no es común) y como la semana que viene se suponía que iba a San Francisco me ha tocado un viaje relámpago. Al final no voy a San Francisco pero pasaré 26 horas en Estocolmo para nosecuantas reuniones. Cambiar la agenda, el viaje y cualquier otra opción era aún peor que 26 horas.

Este viaje me pilla además en medio de la recuperación del catarro/alergia que tuve el finde. El viernes estaba bastante mal y el fin de semana ha sido como una montaña rusa. Tengo una fuerte congestión, con los oídos taponados, y el viaje ha sido complicado. Aunque uno de los oídos amagó con problemas de presurización en el vuelo, al final logré compensar la presión sin mucho dolor (y sin una perforación de tímpano).

Suena “The banished heart” de Oceans of slumber


Estos días de reuniones son complicados. Encajo reuniones una detrás de otra (para aprovechar el viaje) pero el backlog de asuntos a tratar no para de crecer. Por cada cosa que soy capaz de despachar entran dos, tres, cuatro. Leyendo “La expulsión de lo distinto” de Byung-Chul Han, y como el neoliberalismo actual promueve la explotación de la gente como una engañosa autoimposición, creyendo en una falsa realización de uno mismo, este tipo de viajes se me antoja, cuanto menos, absurdo.

Suena “The future is dark” de Moonspell


Y a todo esto, no se me olvida, ayer era el cumpleaños de mi madre, allá en nuestros recuerdos, que es dónde queda. Entiendo la motivación para el ser humano para intentar encontrar una explicación “valida” para lo que ocurre después de la muerte, para ese vacío de ausencia, esa laguna por la eternidad. Para mi no hay laguna, no hay vacío, sigue en mi mente, ahí seguirá. Mi mayor miedo, mi preocupación, mi frustración es que, después de todo, solo mantengo recuerdos de cuando mi madre solo era una sombra de si misma y no esa luz capaz de eclipsar al sol. Mierda de mente, mente de mierda.

La pérfida lógica del neoliberalismo reza: el miedo incrementa la productividad.
Pasaje de "La expulsión de lo distinto"
Byung-Chul Han

PS, quizás lo peor es que ahora, camino de casa de vuelta de estas 26h, me han colado otro viaje para la semana que viene. Hay una reunión con un cliente que iba a llevar otro. Como estaba en Suecia y la parte que nos tocaba presentar era de 30 minutos pues tenía toda la lógica que lo hiciera el que estaba en Suecia. Pero todo se torció ayer. No encontramos a uno, el otro está de viaje, falta de planificación (de nuevo)... 
Yo sugiero hacer la presentación de forma remota, vía Skype. Total, son 30 minutos. Pero la cosa se complica, la cuenta considera que hacer la presentación remota es casi una ofensa para el cliente. Al final me toca volver la semana que viene. Mierda! Hablando de viajes absurdos!