martes, 5 de noviembre de 2013

No empezamos bien (a.k.a. Último viaje a Estocolmo... este año)


Pues si, aquí estamos en un avión de nuevo, de nuevo vía Frankfurt, de nuevo destino Estocolmo. Este es el último viaje de este año. 3 días condensados (el objetivo era faltar lo mínimo imprescindible de casa), agenda repleta... pero motivación baja.

Se suponía que este viaje era más un viaje de "placer", summit tecnológico, 1 día y medio dedicado a hacer networking, una cena de trabajo, otra de amigos y de vuelta a casa. Visibilidad y poco más. Pero en base a los últimos acontecimientos, la agenda está completa (gracias, ente superior, por no haber dotado a los seres humanos de la capacidad de clonación o el don de la ubicuidad, para evitarme estar en varias reuniones en paralelo).

Para empezar mal, ayer tuve una serie de correos deprimentes, rayando el absurdo, sobre las expectativas a corto plazo. Añadimos un par de reuniones de mensajes aún más divergentes y confusos y algún correo donde nuestra estrategia va en linea con nuestra capacidad demostrada de ejecución (y no precisamente en proporcionalidad inversa). Así tenemos el viaje listo. Como me decía Per ayer: "You have not yet reached the pivotal point, you still feel stressed".

Pero eso no es suficiente. Teníamos que empezar el día de forma acorde. Esta mañana he salido corriendo de casa porque tenía la sensación de que si demoraba la salida, no iba a llegar al embarque... a posta. Un beso a mi peque dormido, a mi chule intentando que no se despierte, me subo al coche y salgo para el aeropuerto. Embarque bueno (este vuelo es un infierno los lunes, pero los martes está bastante más despejado), desayuno habitual en Lufthansa (huevos, carne, patatas y verduras), zumo y café. Me apetece un segundo café (bueno, este aguachirri que sirven en los aviones)  y pasan recogiendo las bandejas. Por facilitar la tarea, tanto mi vecino de fila como yo entregamos la bandeja a la azafata... ERROR!! Hoy la azafata tiene las manos de trapo. La primera no causa estropicio, los vasos están vacíos. La segunda viene con un vaso lleno, por lo que el vecino decide pasar primero la bandeja y después el vaso (previsor) pero no, la azafata insiste en cogerlo todo (y yo con mi café en mi mano, no quiero susto). Mala combinación con las manos de trapo. Gesto automático para evitar problema, empujón a mi mano, mi café encima de mis pantalones (y el asiento). Me dan algunas toallitas (sabanitas diría yo, que son grandes) para limpiarme. No tengo claro si quedan manchas, tengo la pierna izquierda mojada de toallita y café. Voy directo a la oficina.

Zen

Suena "No Excuses" de Alice in Chains

Un mar de nubes, de camino a Estocolmo