viernes, 25 de octubre de 2013

Stockholm... this time different


Aquí estamos, en realidad voy en el avión de vuelta de Frankfurt a Madrid después de una semana muy larga. Estoy cansado, quiero llegar a casa.

Esta semana era difícil desde que estaba planificada pero se añadió (justo cuando volvía de New Jersey) un componente "delicioso" para hacer de ella una semana de órdago. Toda la semana estaba consagrada a reuniones "internas". Son el resultado del trabajo de los últimos meses así que es un gran logro. Además, el siguiente paso en dicha estrategia se tenía que decidir en estos días. Pero le añadimos una reunión de "las gordas" y entonces, cerramos la "mega-semana".

Me toca presentar en el "Board of Directors" de mi empresa. Tengo 10 minutos de gloria en total (pero dos días de trabajo intenso, metido en el Studio).

Suena Save Me de A7


La verdad es que es un show increíble. Es una experiencia que no se presenta tantas veces, así que nos tiramos de cabeza. Me toca presentar una historia "real" con lo que mi presentación no es tan "marketiniana". The story of a turnaround. Tienes un cierto nudo en el estomago, no es algo que hagas todos los días (tengo muchas reuniones con clientes, a muy alto nivel a veces, pero con la mesa de dirección... bueno). Verificas que todo funciona como esperado. Es un show, somos una orquesta de cámara interpretando una pieza difícil pero conocida. Mi pieza es un elemento de la obra completa.

Al final salió muy bien (yo creo que mejor de lo esperado). Felicitaciones del presidente de la mesa, del CEO, del CTO, de "mi" vicepresidente... y tras acabar, una reunión (de las que ya tenía antes) hasta las 7:30pm. Al salir, el CEO me saluda, pulgar levantado... gracias... mañana no se acordará de mi, pero he tenido mis 5 minutos de gloria.

El resto de la semana ha sido rutina, muchas reuniones, mucho trabajo. Reuniones desde que sales del hotel hasta que vuelves a tu habitación. El resto del tiempo es una reunión continua. La cena es una reunión (con algunos ratos de descarga/terapia común), el taxi es una reunión.

Reuniones, ideas, estrategias y algo claro de todo esto, el bagaje acumulado, las expectativas generadas durante los dos años de trabajo, el proceso de incubación es muy bueno para arrancar, pero es un peso elevado en el proceso lento y trabajoso de llevar a cabo las ideas. No se trata de abandonar, se trata de renovar de forma adecuada un equipo que lleva dos años construyendo algo, que tenía una idea que, quizás, sólo quizás, no sea lo que se lleve a cabo. En estos grupos necesitas ideas nuevas de forma continua, necesitas gente con mente abierta y con ganas de cuestionar todo para sacar algo nuevo adelante. Quizás, sólo quizás, reciclar no sea la mejor opción en estos casos. De todos modos, por ahora me centro en sacar esto adelante. Quizás yo no siga más adelante, pero por ahora sigo centrado.

En una de esas cenas, de mezcla de trabajo y terapia de grupo, hemos acabado cenando en un sitio llamado Taverna Brillo. Un sitio diferente y un ritmo diferente. El vino es aceptable (de precio, está buenísimo el Côtes du Rhône), la pizza de trufa y champiñones está de vicio, estamos de pie (si, si, de pie, a la mediterránea) tomando unos vinos y semi-tapeando mientras resolvemos los problemas de nuestro limitado mundo (datacenters, virtualization, consolidation, optimization,...)... no creo que sea muy cool, pero el objetivo no es ligar ;)

(...)