Tenemos nuevo presidente. Fraguado en pactos imposibles (no debería ser imposibles) pero con un claro mensaje, aunque el nuevo presidente lo obvie: el "si" es un "no" al anterior. Vamos, que se han puesto todos de acuerdo en que no quieren que el sr. Presidente, designado según los acuerdos mínimos en el parlamento, siga siendo el presidente. Es normal. Los escándalos son tan grotescos que nos tienen curados de espanto. Pero en cualquier democracia decente, el sr. Presidente saliente se habría ido motu proprio, sin necesidad del empujón. Lo que es peor, el partido del sr. Presidente saliente, viéndose fuera del cotarro del poder, ha decidido hacer sangre durante todo el camino (y lo que queda, señorías). Lamentable. Después nos quejaremos de que nos califiquen de país de pandereta. Nos lo tenemos merecido.
"Letting you go" de BFMV
Pero vamos, que aunque el nuevo sr. Presidente este muy contento, recordemos que, los diputados no han votado su proyecto político, solo han votado largar al tipo que estaba antes. Que todavía tiene que lidiar con todos esos toros en el corral, con visiones tan divergentes del mundo que da para crear dos o tres mundos distópicos. Que tiene que lidiar con el senado donde los del partido saliente son mayoría (lo mismo alguno se plantea si era el momento, que lo era) y unos presupuestos a medio fraguar. Que tiene que lidiar con Cataluña, con las pseudo-castas, con el y tú más, y con todo lo que viene con una base muy débil, con un 24% de los votos en el congreso. Que les pillen con los machos agarra'os porque lo que viene por delante va a ser de aupa.
Habría sido mucho mejor haber negociado un periodo de transito y convocar elecciones, renunciar a los derechos de ser presidente ya que lo será por un periodo de tránsito limitado, buscar la estabilidad para el país y limpiar las instituciones. Pero claro, de esa forma no consigue ser presidente el sr. Presidente entrante, y no tenía otra opción. Lo otro era jugárselo a lo que digan los ciudadanos y el partido del sr. Presidente entrante está tan mal como el saliente. Así que, en lugar de eso, tendremos un presidente elegido según las normas de nuestra ley y constitución (es decir, totalmente legal) pero que en ningún momento ha sometido su proyecto político al refrendo del congreso. Salud y buenos alimentos, y ¡suerte!
¿Y el resto? Pues entre los pseudo-castas (que ya no tanto pero que si pero no) y sus confluencias dando el apoyo absoluto sin condiciones y después queriendo sillones, los vascos y catalanes que no saben si frotarse las manos o atarse los dichos machos (por cierto, son los machos los cordones de las perneras del traje de luces de los toreros), los otros que no saben si se la han colado o se la han colado... un panorama desolador. ¿Hasta cuando? Difícil de decir, al menos el verano. Pero hay elecciones municipales, autonómicas y europeas el año que viene...
Yo estoy super contento de que este debate me haya pillado en uno de mis viajes, porque me habría encendido mucho.
Escuchando lo nuevo de Sarah Longfield, "Stay here"