Cada vez se hace más difícil. Además, esta vez el pichurro esta malito (una de esas "-itis" que tocan sufrir) y yo en Suecia de reuniones con poco o ningún contenido y preguntándome eso de "Qué c**o hago yo aquí?".
Este viaje estaba más controlado. El hotel no debería ser una sorpresa (pero lo fue, claro; que sería un viaje sin una sorpresita... o dos), la ciudad es archiconocida y el entorno (el business como quien dice) estaba más que superado (es lo bueno de tener buena fama, te conocen ;D). El mayor problema iba a ser el tiempo, mucho frío y nieve.... raro para el mes de noviembre (los suecos dicen que tienen 5 estaciones, las 4 normales y el mes de noviembre).
Bueno, pues la primera sorpresa fue el hotel. Al hablar con la agencia (después de cambiar tres veces de disponibilidad) les dije que reservaran el Clarion del centro (Sign). La agencia consideró que el centro es el Globen, y me reservaron otro Clarion (Stockholm). No es mucho problema y, de hecho, fue una ventaja; shuttle directo a la oficina y muchos paseos por la nieve ;)
Porque al final, nevó. No mucho (frío hizo un rato) pero nevó.
Por cierto, como evento de noche de la reunión, fuimos a jugar al curling. No pongo fotos por honor a la autoestima, mía y de mis compañeros (y a los cardenales del culo ;D). Eso si, ganamos 4-2.
La otra sorpresa del viaje fue un reencuentro. Estaba esperando para entrar el primer día de reuniones cuando me crucé con un viejo amigo, que vive en Estocolmo. bueno, en realidad me crucé con dos. Jaume, con el que quedé a tomar unas cervezas el día siguiente y Phillipe. El mundo es pequeño y este mundo nuestro, más. ;D