lunes, 1 de julio de 2019

De vuelta a los cielos


Los cielos y los aviones, camino de Bern para una reunión con un cliente. Después de 3 semanas “aparcado”, incluida la cancelación del último viaje nada más iniciarlo (es que mi Chule se sacó el hombro, otra vez, se ve que el falso positivo de Villafranca acabó en positivo completo), esta mañana me ha costado levantarme para salir de viaje. Tengo que decir que este viaje no es el más pesado que pueda tener. Vengo a una reunión de 2,5h en la que yo presento 30 min, después una jornada de tecnología (en la que me tocará socializar) y después una vuelta tranquila para estar en casa cuando los peques salgan del campamento urbano. Todo un lujo teniendo en cuenta los últimos viajes... y el próximo: 56h empaquetadas y compactadas para cerrar el curso antes de los diferentes turnos de vacaciones. La ventaja es que desde que vuelva a que me vaya de vacaciones voy a estar bastante tranquilo 😎 habrá que aprovecharlo al máximo (aunque sea solo para leer los mails de la carpeta “to read!”) 😁😁

Suena “Thought Contagion” de Muse


En el vuelo a Zurich, a mi lado y en la fila de delante vuela una familia: Mamá y niño de 2 años delante (si, ya los obligan a volar en su asiento), abuela y niña de 4 años en la misma fila que yo. El niño lleva mal el sentarse para el aterrizaje (más de 20 min antes del aterrizaje en si) y se pone a llorar. Lo normal. También lo “normal” es la falta de empatía de “los otros” que están sentados alrededor, que si caras largas, que si gestualizaciones de desaprobación o de desagrado, a uno se le leía en la cara eso de: “esa madre/padre no tiene ni idea de como se gestiona a un niño (como si hubiera que gestionarlos)”. La azafata ha venido con un cinturón de seguridad de los de bebes (vamos, hasta los 2 años) para ver si el niño se callaba. La madre ha dicho que no hace falta pero gracias (se lo ha quedado). 30 segundos después el niño estaba calmado, abrazado a la mano de su madre... así de simple!

Como anécdota, el niño lloraba (y emitía algún grito agudo) al ritmo de Arena de Sôber

Suena “Arena” de Sôber


Estamos en los últimos coletazos de la “ola de calor”, la primera de este verano (vendrán más seguro, ya nos hemos cargado el planeta como era, solo nos queda salvar algo para no penar aún más según pase el tiempo). Ha sido tempranera y ha hecho mucho calor, sin lugar a dudas. Sin embargo ha hecho bastante viento (que se lo digan a las brigadas de extinción de los incendios de Tarragona o de Almorox) y eso ha hecho que por las noches no se duerma mal (o muy mal). Hoy he aterrizado en Zurich (a 30ºC) y casi me da algo. No solo es por que haya o no aire acondicionado (que hace mucho, ¿eh? Esperando en la recepción de un cliente a las 8 de la mañana casi me da algo del calor, porque el sol daba en la cristalera y no había ni un ventilador... total, mi camisa arruinada y la chaqueta de paseo en el maletín), es por las construcciones. Todo está orientado a que durante muchos meses hace frío y hay que capturar toda la energía del sol que se pueda, pero al llegar estos episodios de calor, no están preparados, las casas son demasiado calurosas y al final la gente lo pasa mal. En la última gran ola de calor en Europa (la del 2003) murieron 70mil personas por el calor. El año pasado fue también muy duro. Unos amigos de Suecia se acababan de mudar (en febrero) a una casa nueva, con mega-ventanales, super aislamiento del frío, sin persianas... y todas esas cosas que necesitas en Suecia, pero en las dos semanas de calor más intenso, con mas de 30ºC (imaginate a los cuarenta y pico de España), lo pasaron muy mal, hasta el punto de comprar un aire acondicionado! Nosotros tenemos una buena orientación, aunque nos da el sol mucho, también hace corriente cuando abrimos las ventanas (por poco que haya, se nota). Manteniendo bien la oscuridad y ventilando, se consigue que la casa no se recaliente mucho. Pero para mantener la oscuridad necesitas persianas, ¿no? 😜

Supongo que es difícil construir para todos los contrastes climáticos de forma eficiente (o no?) pero con el cambio climático y con la perspectiva de tener olas de calor (y de frío) extremos o todos los años (si la temperatura sube 2ºC) o 2 de cada 3 años (si “solo” sube 1,5ºC) creo que vamos a tener que empezar a mejorar nuestra forma de construir las casas.

Suena “Clearing Skies” de Dark Tranquillity