... pero han sido unas mini-vacaciones muy chulas. Nos ha dado para bañarnos y disfrutar del sol y... bueno, intentar desconectar un poco, aunque no haya sido del todo posible.
Caleta de Fuste |
Sunset |
Castillo |
Aguas cristalinas, listas para el chapuzón |
La bahía de noche |
Y a 500m, el desierto |
Que gusto andar entre rocas... |
... encontrar aguas turquesa... |
... y ¡una ardilla! (bueno, un montón!) |
Al reservar el viaje la persona de la agencia me dijo algo así: " El sitio esta muy chulo, el hotel es una pasada y lo vais a pasar muy bien" (Lo normal hasta ahora, si no, menuda agencia de viajes... lo raro es lo siguiente) "eso si, la playa es rara, la arena no mola... pero bueno, como no os vais a bañar en la playa..."
Bueno, pues al final:
- si, si nos bañamos en la playa, al menos los peques y yo 😎 y estaba buenísima
- la arena es rara, claro. Primero, no es arena como tal. Son conchas machacadas (algunas no tanto) así que no era sencillo caminar sobre ellas, pero daban un tono turquesa al agua impresionante. Pero se compactaba (no hubo forma de hacer un castillo decente, algo intentamos) y a 5 metros del agua estaba dura como una piedra. Tanto que había un par de campos de voley-playa que estaban hechos con arena diferente (auqnue tampoco ayudaba porque con las lluvias del mes anterior, también estaba compactada y no era fácil jugar)